Fuente: lori / legion media
En 1945, la URSS era un país destrozado por la guerra. Muchas ciudades estaban en ruinas. Moscú había sufrido importantes daños por los bombardeos enemigos, mientras que Leningrado (la actual San Petersburgo), que había sobrevivido a un prolongado asedio y una atroz hambruna, había perdido una importante parte de su población. Además, casi dos terceras partes de Stalingrado (hoy Volgogrado) habían sido destruidas. Hoy, 70 años después, los enclaves de estas terribles batallas se han convertido en memoriales visitados por viajeros de todo el mundo.
Volgogrado: la escultura “La Madre Patria llama” y el memorial de Mamáyev Kurgán
Fuente: lori / legion media
Volgogrado (a 913 kilómetros de Moscú), que en la época soviética se llamaba Stalingrado, es el lugar de la batalla más sangrienta de la historia de la Humanidad, en la que perecieron cerca de 1,5 millones de personas. En julio de 1942, el Ejército Rojo derrotó al frente oriental del ejército de Hitler en la batalla de Mamáyev Kurgán, una lucha que cambió el curso de la II Guerra Mundial. Los monumentos erigidos en los sitios donde tuvieron lugar estos eventos son hoy los principales atractivos turísticos de la ciudad.
Cuando se alzó la escultura “La Madre Patria llama” en 1967, fue incluida en el Libro Guiness de los Récords como la estatua más alta del mundo: 85 metros de altura, sin contar el pedestal.
Visita virtual al memorial de Mamayev kurgan
San Petersburgo: Ploshchad Pobedy (Plaza de la Victoria) y Museo de la Defensa y Sitio de Leningrado
Fuente: lori / legion media
Mientras los habitantes y los defensores de Stalingrado morían en batalla, los habitantes de Leningrado tuvieron que soportar una experiencia igualmente terrorífica: un asedio de 872 días a la ciudad, desde el 8 de septiembre de 1941 al 27 de enero de 1944. El 97 % de los que fallecieron no fue a causa de las heridas, ni lucharon en el frente: murieron de hambre y enfermedades.
El monumento a los defensores de Leningrado está situado en la plaza de la Victoria de San Petersburgo y constituye el centro de esta composición arquitectónica. Es el más famoso de los memoriales dedicado a las hazañas heroicas de los residentes en la ciudad durante los trágicos días del asedio.
Bajo el monumento se halla un memorial subterráneo, adornado con dos enormes mosaicos llamados “El sitio” y “La victoria”. En la sala se pueden oír señales de radio desde Moscú, mientras que en las pantallas se muestran dos siluetas de la ciudad sitiada.
Kursk: el memorial del Arco de Kursk Arch y el Arco del Triunfo
Fuente: lori / legion media
La batalla de Stalingrado marcó un antes y un después en el desarrollo de la II Guerra Mundial, pero su éxito no se habría consolidado si no hubiese tenido lugar, en julio de 1943, la batalla de Kursk (a 457 kilómetros de Moscú). Su importancia geopolítica se extendía más allá del frente soviético-alemán, ya que presionaba a las tropas nazis y rompía sus alianzas. La batalla de Kursk también marcó un hito como la mayor batalla de tanques de la historia: participaron en ella unos dos millones de personas, 6.000 tanques y 4.000 aviones.
Novorosíisk: el memorial de Málaya Zemlia
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Los dramáticos eventos de la II Guerra Mundial también afectaron al sur de Rusia. El episodio más famoso de esta parte del frente fue una operación anfibia lanzada por el Ejército Rojo en febrero de 1943. Tuvo como consecuencia el establecimiento de una cabeza de puente llamada Málaya Zemlia (pequeña tierra) al sur de Novorosíisk (a 1.466 kilómetros de Moscú). La defensa heroica de este jirón de tierra duró 225 días y terminó en la mañana del 16 de septiembre, con la liberación de Novorosíisk de manos de los nazis. La consecuencia de esta victoria fue un contraataque que desempeñó un papel crucial en la derrota alemana en la batalla del Cáucaso.
Sebastopol: el memorial del monte Sapún
Fuente: lori / legion media
7 de mayo, 1944. El monte Sapún, plagado de vegetación, que se extiende 7 kilómetros hasta las aguas turquesas de la bahía de Balaklava, protege Sebastopol por el sur. El ataque por la montaña duró más de 7 horas. Su cumbre no estaba lejana, pero los últimos pasos hasta la montaña son también los más difíciles. Cada trinchera, cada colina participa en el teatro de la batalla. Las fortificaciones enemigas son atacadas por la infantería, los zapadores, los tanques y la artillería. Se desata la batalla aérea. En ese momento, las lanchas motoras soviéticas que apoyan a las fuerzas aéreas destruyen los barcos enemigos.
Esta es exactamente la imagen de la batalla en la que se ven inmersos los visitantes cuando entran en el hall del diorama más grande del mundo, que muestra el ataque al monte Sapún el 7 de mayo de 1944 en Sebastopol (a 1.237 kilómetros de Moscú).
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